domingo, 16 de noviembre de 2008

De naturaleza ambigüa...

Tenemos que hablar, tenemos que hablar…

Según que frases deberían ser prohibidas por la RAE; que no puede ser que se consientan, que solo traen quebraderos de cabeza, surrealismo, incomprensión y vicio.

Al oir la frase un escalofrío me recorre el espinazo. Que una, pese a su cuarto de siglo (muy bien llevado, por cierto) no está preparada para que la asalten en el momento del desayuno; y mucho menos después de un suspenso, que eso hiere sensibilidades.

Así que en cuanto acabé de poner los cereales en su bol y la leche en el vaso de café, la miré con cara de pena (de esa que sé hacer tan bien y que inspira ternura sí sí) y le dije, de que quieres hablar, a ver…

Mi madre es una persona bastante comprensiva, o al menos eso creía yo. También creía que era super progre y que lo entendería a la primera; pero está visto que ese verbo se le ha atragantado un poco.

La primera dificultad con la que nos encontramos a la hora de explicar el nudo del guión fue que no podía entender los términos medios. Así que me vi obligada a apelar a las leyes del mercado y de la oferta y la demanda: mamá, le dije, para que me voy a quedar con un 50% por cierto de la cuota de mercado si puedo aspirar al 100%.

La respuesta no fue la esperada, ya no sé si por falta de convicción o de entendimiento, pero me dijo así como quien no quiere la cosa que tenía que ir al psicólogo y que lo mío era como mínimo vicio.

Luego pasamos a un ejemplo mundano, y opté por explicar el mismo razonamiento y/o idea pero usando los bienes de primera necesidad. Escogí los macarrones y el arroz que son más bien neutros.

No tengo que ir al psicólogo y no soy una viciosa. Hay personas a las que les gustan los macarrones, pero odian el arroz; otras a las que les encanta en arroz y aborrecen los macarrones; sin embargo hay otras que disfrutan con ambas cosas. ¿Qué hacemos? ¿Los mandamos a todos al psicólogo por desviados? ¿Los metemos en la cárcel por viciosos?

Mi progre madre no parecía darse por vencida. Y me hacía aspavientos con la cabeza indicando que no podía ser; que estaba en un error de dimensiones descomunales, jamás antes visualizadas por el ser humano. Ella es muy sabia y ya lo demostró el día que propuso como solución a la crisis mundial que la Fábrica de Moneda hiciera más billetes, tantos que fuéramos capaces de emplear a todos los parados en ese acontecimiento… Por eso no podía entender como alguien podía decir que le gustaban ambas las dos cosas. No hija no, o te gusta una cosa, o te gusta la otra o NO TE GUSTA NINGUNA!

Dios cómo no te puede gustar ninguna? Acaso mi madre era la monja perfecta y había desaprovechado su vida? Acaso su lugar era el de la santa que van al colgar en el senado? Acaso ella estaba destinada para ser el futuro papa de Roma, en esa institución tan poco machista y tan tolerante como es la Iglesia?

El destino le tenía preparada una sorpresa mejor… ser mi madre.

Viéndome yo tan atacada y que a veces los burros se obcecan en una dirección y no se puede abandonar la nave pasé al ataque y le pregunté por su affair con la vecina. No de forma directa, pero si le pregunté cuanto tiempo iba a tardar en contarlo. A lo que me respondió que no era un motivo de orgullo. Vaya por dios! Con lo medio orgullosa que estoy yo.

Ya por la tarde cuando llegué a casa, determinó que era necesario advertirme sobre los peligros de las enfermedades de transmisión sexual. Nunca antes lo había hecho, parece ser que la ambigüedad implica un alto riesgo de contagio. Practiques o no. Jajajajaj

Eso y que si no cambiaba se lo diría a mi padre. Como si fuera una cosa de la que puedes ir borrándote. Hoy soy de Blur y mañana de Oasis, pues va ser que a mi me gusta la música y punto.

Creo que nunca antes había repetido tantas veces y tan seguido: soy así, te guste o no; no voy a negar según que cosas porque forman parte de mi. Así que…tendrás que apechugar.


Y apechugando está la pobre mujer. Días después parece ser que vio la luz y llegó a las siguientes conclusiones:

- He pensado una cosa, no puedes ser L. porque no te gustan sólo las chicas; tu eres otra cosa.
- La religión y la educación son las culpables de mi reacción, que si toda la vida te están diciendo que pan y que pan y que pan. Luego miras una patata y pues como que te da asco.
- Tu lo tienes que probar todo, que antes te casabas y ya está. Si te tocaba el cerdo, con él debías quedarte toda la vida.

En fin, creo que está a un pasito de superarlo…

A.

Pd. … joooo que ganas de coger el avión! :p

martes, 4 de noviembre de 2008

... hay viciosos

Ya lo íbamos anunciando en capítulos anteriores (aquí no voy a colocar uno de esos espoilers de Anatomía que joden tanto cuando no te lo esperas y hablan de la Ambigüedad de Meredith) la célebre frase de mi progenitora prometía. Refrescando la memoria venía a ser algo así como…
“Hay adictos al sexo, hay adictos al alcohol, hay adictos a las drogas, hay adictos al tabaco y hay adictos a Internet, L. reconoce que tienes un problema”. A todo esto eran como las 12 de la noche y yo estaba en pleno apogeo de vida nick.

Meses después, el ser madre, descubre, con máximo estupor, que resulta que, según ella tengo otro “problema” y este sólo se puede solucionar a base de terapia psicológica (de la de 10 años por lo menos). La cosa fue más o menos así…

… con anterioridad…
Mucha gente se ha preguntado a lo largo de estos meses, el porqué de mi enganchamiento messengeril. Entre las personas afectadas por la curiosidad mórbida, la que ocupaba el número 1 en el ránking de espionaje industrial no era otra que mi madre. Se conoce que ella es un ser harto pasional (de ahí lo de que puede que tenga un romance con mi vecina [esto podría ser un post paralelo]) y de ideas muy fijas. Así que urdió una estrategia para averiguar con quien pasaba tantas horas hablando, primero por el msg y luego por teléfono [por muchas horas entendemos 12 más o menos…]…

COSAS QUE HIZO MI MADRE EN SU DÍA…

Registrarme los cajones. No hay más ciego que el que no quiere ver y si tú te dejas unos post-its dentro de un cajón por la mañana, y al volver a casa los ves pululando sobre el escritorio como mínimo te entra la sospecha. Evidentemente la ciencia infusa no ha tenido nada que ver en su exteriorización, así que cuando echa una furia pides explicaciones y te sueltan… “a no es que el cajón estaba mal cerrado y claro se han salido…” UNA MIERDA!

Espiar los números del fijo. Es curioso lo hábil que puede llegar a ser el ser humano. Curioso porque para introducir el número en la agenda del móvil pide ayuda, AHORA… para sacar la lista de las últimas 10 llamadas del puto fijo, le falta tiempo y habilidad!.

Acoso y derribo. Como consecuencia del punto anterior. En su mente fluyeron un haz de ideas que se resumen en expresar lo siguiente:
a) El prefijo 8 es de Galicia. Es un Pastor de vacas… sisi porque un día os oí hablando de vacas. Matizo eran ovejas… pero bueno cada cual que entienda lo que quiera.
b) Se llama Juanma. ¿¿?¿?¿?¿ Esto no sé de donde lo sacó. Pero vamos que lo bautizó así.
c) Es negro.
d) Está casado
e) Tiene un hijo
(Estas tres se pueden combinar y mezclar)


Llamar a casa de… Al ver que ninguna de estas estrategias daba resultado, mi querida progenitora optó por la vía rápida. Si le pregunto directamente… Así haciendo un alarde de su manejo en lo que vienen siendo las tecnologías punteras de nuestra época, llama al número en cuestión. Y alguien responde que allí no vive ningún chico, vamos que son todo chicas.
El cerebro de mi madre concibe aquello como una cruel broma del destino y considera que la información aportada no puede ser cierta en ningún caso. Eso es que hay un complot para que ella no descubra el nombre… sisisi

… Días después…
Tu lo que pasa es que eres L. (que luego la gente encuentra en blog poniendo cada cosa jajajajaj).

La insistencia crecía exponencialmente y su lista de acontecimientos a espiar / observar aumentaba con la misma intensidad. Así que un día se afanó a escuchar detrás de la puerta (creo que debió coger un vaso, porque creo que no grité tanto…) y oyó como explicaba que alguien había puesto medio en duda mi lado hetero.

Así que cuando me entró hambre y fui a coger tres galletas: una de chocolate blanco, otra con leche y otra de chocolate negro me dice, con aires de desprecio… ya sé lo que pasa… tu eres L! (L lo dijo con una intensidad inusitada, como llamando a Lucifer más o menos). Así que con media galleta en la boca y masticando le dije… Vale. Jaajajajajaj

A la mañana siguiente suspendí el práctico y como se ha convertido en una de esas cosas de las que paso llegué muy risueña a casa. ESE FUE MI ERROR! POR DIOS! A QUIÉN SE LE OCURRE!

Estaba yo haciéndome un café con leche para comer con cereales que me suelta.

Lídia, tenemos que hablar…

A.





 
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