martes, 31 de marzo de 2009

Al César lo que…

Ya lo sé, ya lo sé; actualizo de higos a peras. Pero es que estoy ocupada, el trabajo, la conducción, mirar la tele, decir cosas bonitas (por escribir algo que no suene obsceno)etc. Hace días que digo que voy a llamar a tal y a pascual, pero al final acabo no haciendo nada de lo que me propongo. Eso o que la línea de teléfono no me funciona, o que Vodafone me anuncia que ya voy por el 80% consumido de mi tarifa 60x1 a todos.

La situación actual, respecto la de hace unos meses, ha ido modificándose. No por el cambio de estado perejil, ni mucho menos, sino más bien porque tenemos a algún personaje más que añadir a la larga lista que ha ido desfilando por aquí en esta etapa que comienza. Si, en efecto, la Embarazada Entrañable, ha dejado definitivamente su condición de embarazada, para convertirse en la Mamá Entrañable (a quien no le toque jejej) y ha aterrizado en nuestras vidas para mí, la Sobrina Adoptiva, para Maligna la de verdad.

Se conoce que estar desconectada del mundo tiene un precio. Te enteras de los nacimientos y poca cosa más. Que todo me patina, suena mal. No es eso exactamente, sino más bien que tengo la atención colapsada pensando cómo coño hacer una performance de l’exèrcit de les forces especials en pelotas, sin que mi dignidad acabe mal parada (claro está que esto es un hablar en clave).

Lo cierto es que vuelvo a recurrir al tema de la justicia divina: Dios me las está devolviendo dobladas; pero claro ponerse en este plan por una triste ensalada césar, es como lamentable.

Estaba yo en Barajas esperando el avión de Iberia (es curioso lo impuntuales y chapuceros que son) cuando acaeció un suceso inesperado. Tenía un antojo, se conoce que eso no es propio sólo de las parturientas, sino que otros seres célibes o no, también estan sometidos a su presión: quiero una ensalada césar, vamos al MCD, enga enga enga.

Me veo, me desde la mesa de al lado, batiendo mi ensalada Cesar al viento, con el rostro de felicidad. Abro la tapa de plástico transparente (cabe decir que se me resistió un poco poner la tapa: por qué no vi esa señal! DIOS, por qué eres tan cruel que me castigas así) y la miro con deseo (a la ensalada de entiende), entonces cojo un trozo de lechuga, evitando que se me caiga en el pelo, y me lo como ensimismada. Luego un tomate cherry. Aún estoy flasheada por lo que estoy disfrutando, cuando S (no es Supermán) me hace desviar la atención de mi bol de ensalada.

Giro la cabeza. Pero mientras he olvidado frenar el mecanismo que acciona los músculos implicados en la acción de comer, inclusive el de pinchar la lechuga. Se nota que me gusta la ensalada, así que mientras sigo con la mirada mi nuevo objeto de atención, me la acerco. Claro, claro, la mesa se acababa, el tenedor que presiona hacia abajo…. Y ZAS!

LA PUTA ENSALADA AL PUTO SUELO! Enterita.

Comentarios que NO HACEN GRACIA.

Mira queda un trozo de pollo en el suelo que te podrías comer.
Pareces un hámster comiendo patatas. (Claro era mi único sustento!)

A.

Pd. Tengo una duda existencial. Cuando un defensor de la rectitud exclama, quita esa mano, quita esa mano! Mientras paseas por la calle. Una que debe interpretar:
1. Que las tetas no son de dominio público
2. Que hay poca sesera en este país
3. Que en Madrid hay mucho intolerante (como en Barcelona) aunque al menos este no se cogía el miembro con la mano.

Pd2. ¿Y si se diera el caso de que los de la habitación de al lado te pican a la pared?
1. No tienen escoba
2. Están aburridos
3. Haces ruido a horas intempestivas
4. La tele está demasiado fuerte

viernes, 6 de marzo de 2009

Vieja fobia

Constato que hoy no he empezado con buen pie el día. No sólo me he despertado 4 minutos antes de que el despertador sonara; evidentemente me he dormido y hasta las 7 no he vuelto a reaccionar.
Luego, con gran horror, he descubierto que el teléfono seguía sin funcionar; lo cual es más que negativo porque engrosará la factura de este mes y, la gasolina, tarjetas no ahorro del tren, aviones, acabarán de destruir mi precaria economía doméstica.

No pasa nada. No pasa nada, porque afortunadamente en nuestro país contamos con la presencia de ancianas adorables que nos alegran la mañana.

Estaba yo entrando en el tren, cuando se me pone al lado una señora que debía tener unos 60 años (dios acabo de ver pasar al Gublin), pelo canoso y de aspecto más bien saludable. A lo lejos vislumbro el único asiendo libre de todo el tren y, efectivamente, me dirijo hacia él como alma que pierde el diablo.

La señora, que con los años ha perdido agilidad, llega con un poco de deceso y se me planta al lado. Mientras yo, con el rostro de victoria en la cara, deposito mi mochila encima del asiento y me quito la chaqueta.

A continuación, detrás de mí oigo movimientos… y algunos ruidos. Al parecer un chico se ha levantado y ha indicado a la señora que si lo desea puede utilizar su sitio. Y entonces la muy hija de la gran puta suelta un:

Nono que me sabe mal, me tendría que haber dejado el sitio la chica esa…
(Claro guindarme mi sitio no te sabe mal, pero al tio ese si. Y si tuviera un problema en la espalda? Y si fuera sorda? Anda y que te den por culo!)

Entonces la miro con cara de asco y muevo el culo en señal de… que bien sentada que estoy. Y el chico que está al lado de la señora, sentado me mira con cara de… es que hay que joderse con la mala educación que tienes. A lo que yo he pensado…

Acaso yo, por acabar de entrar en el tren tengo menos derechos que ella a sentarme?
¿Acaso los que ya estan sentados no tienen la misma obligación de levantarse que yo de cederle el sitio?
¿Acaso una señora mayor que LLEVA TACONES tiene derecho a aprovecharse de la situación?

Así que mientras reflexionaba, he sacado la DS y me he puesto a jugar como quien no quiere la cosa. A las 3 paradas la señora se levanta y se va a sentar a otro sitio más adecuado para sus circunstancias.

Suerte que no le he contestado…

A.
 
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