sábado, 9 de agosto de 2008

El condensador de fluzo y la medusa que me pico

Hoy seré breve porque por aquí ya empiezan a pensar que tengo una especie de obsesivo-compulsión con internet, el blog y todo lo que lo rodea. Puede que sea cierto, pero es que lo que ha sucecido hoy no tiene nombre y no he podido evitar hacer una incursión a regañadientes para brevizar mi desgracia.

Este año quiero ponerme morena (evidente) y la mejor forma de hacerlo es yendo a la playa (mucho más). Pero las playas tienen un handicap (también tienen handicams espiando a tias/os buenorros, que los hay).
Su problema problema ya no son los guiris y sus hijos con su puta pelota y el excuse me, tampoco la invasión de las tumbonas, un poco las familias que acuden en manada y te pisan tu toalla con la suya al ritmo del último hit de Camela. El PRO-BLE-MA REAL son esos pequeños seres tentaculares que medio flotan medio se hunden y que van arriba y abajo.

Esto qué quiere decir? Pues que el primer día que voy a la playa y decido remojarme los pies en plan abuela, un poco de chipi chipi por aquí, que si las muñecas, que si la nuca, los bracitos.... (nótese que el calor era insoportable y lo que más apetecía era hacer de ballena alegre (nuestra geografía está llena de campings que reciben ese nombre, por qué será?)).

Así que estaba yo en pleno [NEON] apogeo mojatorio cuando ZAS!, noto un escozor en el tobillo.

MECAGOENMIPUTAMALASUERTE!

Total que mi tobillo tiene una roncha. No será lo único nuevo con lo que volveré a Barcelona.
Pistas, en próximas incursiones.

Saludos desde Ibiza pero con urticaria y mala suerte.

A.

Pd. Lo del condensador de fluzo merece su propio post. jajajajajajaj

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