domingo, 6 de julio de 2008

… necesito drogas duras

A veces recurro a las blandas, pero hoy creo que necesito de las otras, de las duras, de las que en lugar de convertirte en un ser socioamigablehabladorporloscodos, te vuelven un ser introspectivorancioperorelajado.

No lo digo yo, lo dice el tipo que escribió “El Almuerzo Desnudo”, un yonki de los de armas tomar que vivió en lo más profundo de su ser el fenómeno Underground y que se pasaba minutos, días y horas únicamente mirando la punta de su zapato. Unos llegan al estado zen gracias a la meditación, otros necesitan ayuda y pero con lo que no cuentan es con que luego necesitarán más ayuda, pero que mucha más, para salir.

No asustarse que si a estas edades ya no me ha dado por pincharme… dudo que en un futuro próximo recurra a la inestimable ayuda de los psicotrópicos de amplio espectro; pese a que no me han faltado ofrecimientos: largos años recordaré el paseillo de la muerte a las puertas del recinto de conciertos del Festival de Benicàssim, ya no sólo por el miedo que pasaba, sino porque como aquel quien dice te colocaban el tripi en la boca.

Y pienso en los Festivales en general, en los que he pisado, en las personas con quienes los he pisado, a los que no he ido, en las personas que sí, y en los que vienen y en las personas con quienes iré. También pienso en los yogures, en las tiendas de campaña, en los zumos de naranja fresquitos de buena mañana, en los sevillanos que desayunan antes de dormir la mona y meten la cabeza en la tienda de campaña mientras duermes a teta suelta, en las colas de los baños, en la playa, en Mando Diao, en la zona VIP… y dejo de pensar… porque veo a los Mando Diao y me entra la nostalgia.

Pero yo, que he pasado momentos de nostalgia intrínseca y extrínseca (probad a poner estas dos palabras juntas y veréis la satisfacción que os produce) he creado mecanismos físicos (castos) de superación que me han ayudado a pasar el mal trago y a no hacer absolutas imbecilidades… aunque algunas si que han pasado la barrera del autocontrol.

Por eso he desarrollado un sistema altamente funcional para superar los momentos moñanostálgicos que pueden aparecer en según que periodos del estadio de ovulación:

1. Cortar. Cuando la nostalgia te embraga lo mejor que puedes hacer es cortar. Desde cosas chorras… como puede ser podar las plantas hasta algo más profundo… que se yo las uñas o el pelo. Así, de paso, si no vas a la peluquería que hay detrás de mi casa, te subirá terriblemente la autoestima y estarás tan preocupado pensando en el daño que hizo “el retrato de Dorian gray” que no tendrás tiempo de acordarte que había una preocupación mayor. También y dado a la fijación que tengo por metaforizar la vida, es recomendable cortar pulseras de eventos a los que hayas ido que te hagan pensar en momentos célebres de tu existencia.

2. Arrancar. Los momentos nostálgicos son los mejores para la depilación. Tal vez tiene una connotación sádica, pero mientras estás pensando en la madrequeparioalanaturaleza por dotarte de una protección para la piel con tan poco sentido estético y te secas los lagrimones con el cleenex que tienes más a mano… olvidas esa, la preocupación.

3. Sesión dance. Poco recomendable si hay alguien en tu casa, básicamente porque si te engancha en pleno apogeo cantatorio (y me acuerdo de Bridget Jones en la carcel con un tampax en la mano y el Like a Virgin) el sentimiento nostálgico es sustituido por la vergüenza estúpida. La idea consiste en diseñarte una BS a medida con canciones alegres y escucharlas hasta que se te contagia algo… aunque esta terapia es recomendable hacerla con una botella de algo alcoholizante a mano, así es más efectiva.

Y divago, y divago, porque hoy no quería hablar de la nostalgia, ni de las metáforas. Hoy sólo quería las drogas para quitarme los nervios porque con la mierda del examen práctico de conducir no paro de hacer viajes poco productivos, pero muy adelgazantes a un lugar de mi casa que no puedo nombrar. Pero no pasa nada, no estoy nerviosa, me lo han cambiado al martes, que los señores de la DGT han pensado que así tendría un día más para agonizar, no dormir y sobre todo deshidratarme.

Gracias DGT, hoy necesito drogas duras
L.

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