Hace días que noto que mi bienamada madre está intranquila. Últimamente tiene un interés desmesurado por hacer visitas a mi habitación. MI habitación, MI morada, no soporto que nadie entre para fisgar.
Hoy me he propuesto contar las veces que venía:
1. Cómo te ha ido el día. Bien mamá.
2. Te he comprado esas galletas que tanto te gustan. Sí mamá
3. Ui… tengo que llamar por teléfono. (El teléfono está en mi habitación… ya que pago el recibo es más que justo).
4. Mira te comprao unas gomitas pal pelo… cual te gusta más? Todas mamá. No ves que van a ir en la cabeza y no me las voy a poder estar mirando toooodo el día.
5. Qué haces? Qué lees? (Aquí se ha dejado los disimulos en el sofá) Na mamá esto es pal bloc… suerte que quitaron los corazones! Jajajajjjajaj
6. Qué quieres para cenar, ¿una torrada o verdura?. Verdura no mamá… la torrada.
7. Pues sabes qué? La Julia ha dejado los orfidalitos… Mama déjalo ya… que ya no viven aquí. Relájate, mira la tele, disfruta del sofá ahora que puedes, sal a pasear… DEJA DE ESPIAR A TU HIJA DE UNA VEZ!
En días anteriores ha usado preguntas como:
a. Vengo a por el tupper. Aixxxx no sé por qué te enfadas?
b. Mañana te voy a poner de comer espirales. Otra vez mamá? Que esta semana he llevado pasta 2 días. Se me va a hacer un tapon…
c. Ya has podido solucionar lo del virus ese…
Y podría seguir. Así que, si no me pasa nada por el camino tendré que aceptar la proposición indecente de mi jefe e irme a Chueca a ver mundo, a comer calamares y a batallar que yo soy mucho de eso. Aunque sé que acabaré echándo de menos el mar… y lo que no lo es.
L.
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