domingo, 29 de junio de 2008

... y que estén ellos encerrados...

El Zoo es un lugar apasionante y hoy lo he podido constatar en mis propias carnes. Nada más entrar los visitantes del parque experimentamos tres estados anímicos muy diferenciados pero sucesivos:

1. Rabia incontrolada: estos bichos estarían mucho mejor en la selva campando libremente comiéndose a otros bichos, mejorando la cadena trófica de sus respectivos ecosistemas, durmiendo, saltando, follando en la intimidad… (vease el ejemplo de las tortugas) etc.

2. Identificación: las jaulas son tan pequeñas que parecen los minipisos no hace mucho proyectados por la ministra de vivienda.

3. Fascinación: pese a la desgracia que les ha tocado vivir, metidos en jaulas, llevando una vida monótona esencialmente basada en el comer, dormir y cagar: no dejan de ser sorprendentes.

Mi alucinación va más allá cuando pienso en el parecido que pueden llegar a tener con los seres humanos y es que, aunque a veces se nos olvida, las personas somos animales, animales razzionales, pero al fin y al cabo, animales.

Mi primer premio al fascinamiento se lo doy a los monos. Si Jane Goodall me leyera se escandalizaria… y es que no me acuerdo el nombre de la especie, si mandril, orangutan o macaco, que a estas alturas una no hace distinciones de ninguna clase! (jajajaj).

La cuestión es que los simpáticos monillos (que no guardia civiles) estaban allí al otro lado de la vitrina, ajenos a lo que pasaba a su alrededor y actuando con total normalidad. A fuera una familia incontrolada de cholos españolis (por usar un nombre común) con su tupper de macarrones de tamaño gigante aporreaba el cristal (pese a que explícitamente está prohibidíssisisisimo) prefiriendo sonidos guturales: mira loh monoh… que le ace… eeee mono… mono… mira… eooo. Y que nuestro ADN sea en un 98,7% compatible con el de los monos…

Menos mal que viven ajenos a las otras especies… Unos espectadores así estresan a cualquiera. Así que la madre (o padre) sin inmutarse y extraña a cualquier preocupación, coje al pequeño mono del brazo y empieza a despiojarlo con una delicadeza exquisita, con mucho cuidado, rebuscando entre el pelaje centímetro a centímetro, hasta que encontraba algo que le parecía sospechoso y entonces se lo comía. Jajajjaj menudo festín. Así que nos hemos quedado como 20 minutos examinando sus minúsculos dedos escrutadores hasta que uno de los gañanes de la familia plof espeta: “Mama, mama le está comiendo el culo al otro mono” y señala a otro mono hemorroideo que, en efecto estaba bastante afanado en el asunto (cabe reconocer que Miniyó se ha esforzado mucho a la hora de distinguir tanto el sexo del animal señalado, como el estado de las hemorroides del acosador)..

El segundo premio se lo lleva el terrario, otro de los sitios más espectaculares del zoo. Allí hay todo tipo de serpientes, ranas y cocodrilos. Aunque el animal que se lleva la palma...

Mira tía! Pedazo de tortugas… Hualaaaaaaa… (Modo 12 años)

Ohhhhh. Oye… creo que ese tortugo está buscando algo más. (El tortugo… se acerca lentamente…jajaja (cómo se iba a acercar sino)

Huy… pues sí… eso parece. Oye… que se le está subiendo encima del caparazón.

Cuando éramos jóvenes, y todavía teníamos ilusión por la vida, de camino a la universidad solíamos mantener muchas conversaciones de tipo “esteril”. ¿De dónde vienen los bostezos?, ¿hay audiolibro del señor de los anillos? ¿Por qué hay personas que no usan desodorante? ¿Por qué la Tapias tiene el parpado partido? Pero siempre la que más nos fascinaba era la de las tortugas y el sexo. Dicen que cuando las tortugas están en pleno “entertaiment” se les podría arrancar una extremidad y no se enterarían.Ya podemos morir tranquilas HEMOS VISTO A UN TORTUGO EMPUJANDO! Jajajaj.

Pero analicemos la situación, en este caso y pese al empeño del tortugo, la tortuga que tenía debajo no mostraba demasiado interés… así que o era lesbiana (y estaba celebrando el día del orgullo gay) o era un tortugo heterosexual no dispuesto a poner en práctica la teoría de platón.

Así pues, constatadas las similitudes entre personas y animales sólo me queda añadir un par de parecidos razzonables más:

- Avestruz: Las personas avestruz son aquellas que ante los problemas salen huyendo o entierran la cabeza esperando que pase la tormenta de arena. Luego con un ambiente más propicio reaparecen lentamente, poquito a poco, esperando recuperar el terreno perdido. Corren muy rápido ante la dificultad, pero no pueden volar. Fácilmente atrapables por según que depredadores, que no dan segundas oportunidades pues acaban zampándoselas en cuanto tienen ocasión. Sus huevos son los más grandes del universo.

- Liebre: Las personas liebres suelen ir rápidas en la mayoría de facetas de este mundo. Sus primeras veces de todo transcurren entre los 12 y los 18 años (el tope 18 lo he puesto por el tema del carné de conducir, porque antes no se puede). El problema es que como en la fábula, a veces se confían y acaban cagándola estrepitosamente y perdiendo ante la magnificencia de las tortugas que van lentas, pero con paso firme. Como lo hacen todo muy pronto… acaban cansándose antes.

- Marmota: Dícese de la persona que pasa la mayor parte del día en estado catatónico o durmiente, ya que hace vida nocturna y estival. Durante el día descansa, pero durante la noche tiene una gran vida interior y exterior. Las marmotas son ideales para hacer compañía, son animales extremadamente sociables y agradables. Y suelen vivir en comunidades con muchos miembros.

…y de momento esto es todo por hoy. Me quedan más animales persona en el tintero, pero me los reservo para cuando se me agoten los temas bloguiles.

Salut! Y que los cromañones os dejen dormir esta noche.

L.

No hay comentarios:

 
Clicky Web Analytics