jueves, 26 de junio de 2008

... mi primera vez (Parte II)

Bueno prosigo, que se está haciendo esto ya demasiado extenso y total para lo que hay que contar.

Una vez dentro del Razzmatazz (ese lugar que antes admiraba con profusión, pero que como todo, cae de su pedestal) no es que tenga un recuerdo demasiado continuo. La rebelión de mi organismo me impedía percibir la realidad de una manera más o menos objetiva. Ya no escuchaba la música, aunque he de decir a mi favor que hacía grandes esfuerzos para construir un discurso musical coherente. Vaya seguir los estribillos.

Y venga a beber: señor camarero póngame un vodka negro con lima… digo con limón (es que siempre me equivoco!)… pero no escatime… ponga un poco más que así no me va a subir!. Persiguiendo el coma etílico no me daba cuenta que estaba ya al borde del ataque de los clones. Total que a partir del vodka la cosa se empezó a poner un poco turbia.

Dame un cigarro anda. Lídia, que no se puede fumar… Joder pues QUE ME ECHEN A LA PUTA CALLE SI QUIEREN, pero dame un puto cigarro! Jajajajaj. En mi burbuja etílica era incapaz de percibir la realidad exterior, bien o mal, un gremio o el otro. Creo que dentro de poco tendré que plantearme dejar el “alpistismo” (que no alpinismo), pues, al menos en ese nivel de competición, es incompatible con la vida.
Mientras tanto no paraba de bailar, bueno de lo que yo CREÍA que era bailar, porque lo de seguir el ritmo era una verdadera “entelequia” jajajjaja. Y venga bandazos… que esto son Franz Ferdinand y no el paquito chocolatero! Que no te enteras! Luego me dio por pensar. Y ya sabéis como piensan los borrachos: dedo estirado en la frente, de dedo estirado en frente pasamos a dedo girando en círculos e intento de hablar, porrrque… essssto… . Lo más sorprendente de todo es que me acuerdo que estaba cavilando sobre la importancia de colocarse bien en una discoteca y redescubría que da igual dónde te pongas que siempre habrá alguien que te empuje o que invada tu espacio mínimo necesario para pasar por medio.

Y así fue como casi me peleo con un tío por invadir MI ESPACIO VITAL. Creo que hubo intercambio de blasfemias. (No de saliva que ya estamos malpensado)
Qué…
Qué de qué… que haces pallaso… que te meto!
(Y nos hicimos la mirada esa que hacen las zariguellas en Ace Age II; esa que pones los dedos en forma de victoria apuntando hacia los del enemigo).
De ahí a que su cara se convirtiera, para mí, en un saco de Sparring había dos pasos. Pero yo soy pacífica y me distraigo con facilidad, así que mientras acababa de discutir con mi nuevo amigo, me acordé que tal vez me apetecía una cerveza.

La noche se había convertido en el noble arte del beber por el beber. ¿Bebía porque estaba contenta o estaba contenta por qué había bebido?. No importa de donde venga la alegría, mientras venga. Así que vamos a por otra dosis! Jajajaja! Y me fui a su encuentro.
Antes solía ir bastante por el Razz, tanto que me medio camelé a un camarero para que me invitara a chupitos de tekila. Las mierdas eran tan grandes (a la par que las polémicas), que decidí sustituir tekila por Jack Daniels (a sugerencia del nene), el vodka negro o cualquier cosa que sirviera además para curar.
Cosas de la vida, el chico se acordaba de mí y le estuve hablando un rato sobre el sexo de los ángeles y lo importante de invitar a las clientas. Como le estaba soltando un buen discurso no me di cuenta que ya se había puesto manos a la obra y me tenía el chupito servido (fijaos en como cambia la percepción del tiempo, que a mi me pareció una eternidá). Va a ser verdá que soy un poco lentita. Anda ponme una birra pa quitarme el mal sabor de boca majo. Y así fue.

De lo de después ya tengo más flash que otra cosa. Sé que nos encontramos una estrellita que se iluminaba de color rojo o amarillo en función de los graves / agudos de la música. Sé también que la cogimos del suelo y la andamos resobando… pasó de pie a mano, de mano a mano, de mano a teta (siempre es divertido hacer el truco de la gusiteta luminosa multicolori) y sé también que acabó en un bolsillo para convertirse en el gran recuerdo de una gran noche.

Y cada vez fuimos siendo menos y mi tabaco también; hasta que bailamos en plan colgao y creo que acabé bebiendo otra cerveza más. Dame un trago a ver si se me pasa el mareo… fijate que creo que se me ha juntado una bajada de tensión con el calor, porque estoy un poco uffff…
Dicen las malas lenguas que estaba pálida, que no hablaba apenas, y que sólo abría la boca para decir que me depositaran en el tren. Me faltó el canto de un duro para que la rebelión de lasaña de foie (lo único que foié esa noche jajajaja) con cebolla caramelizada, la sobrasada, el queso cabra, la lechuga, el vino, el vodka, etc… se salieran con la suya… pero awanté por respeto al propietario del vehículo que me hacía de transporte.

Y llegué a casa. Y como pude me quité la ropa y me puse el pijama. Pero, cuando la valiente de Geyper quiso lavarse los piños un malestar repentino la invadió. Se sentó en la cama y estuvo a punto de quedarse dormida. Abre los ojos, abre los ojos (en plan Amenabar) Ui… que es esto que me subp (mano en la boca y corriendo pal lavabo…) Dios y mi padre despierto! Me quería morir acababa de rejuvenecer 10 años!
Arrojé, sí (como el David Meca en el mar), pero afortunadamente el 75% de la materia negra (pq la pasta ya era de ese color) cayó en el inodoro. El 20% estaba esparcido en mi cara…. Dios ahí me di cuenta de lo patético de mi existencia. Me lavé como pude y me fui a la cama quedándome totalmente frita dos segundos después.

Y os preguntaréis… y el 5% restante? Jajajajajjaja. Oye Lídia que es esto que hay en el suelo (señalando justo delante de la puerta de mi habitación)… ummmmm estoooo… no sé. Parece cera….

L.

PD: Nunca antes había arrojado...

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